viernes, 14 de mayo de 2010

Rosa Bella.


Si tu cuerpo estas montañas fueran, yo sería hace tiempo un vagabundo arropado de suspiros y de incienso que mojaría en tus entrañas, entre cuevas, musgo y viento. Si solamente por un día fueras ese sueño, me detendría en el tiempo.
Si tu cuerpo estas montañas fueran, abriría en la espesura de los bosques, caminos y veredas con afán de acariciarte con mis pies y manos torpes, tu clara y suave piel de tierra, Y sembraría en un lugar inaccesible mi esperanza para que nunca muriera.

Rosa bella si tu fueras este aire y tierra espería feliz la madrugada y aquel instante en que naciera la esperanza, fiel sería como el sol que iluminara tu cara, si dejaras que el cielo te diera, tu amanecer sería mi luna y mis estrellas, De tu espacio inmenso yo te llenaría de puro amor y deseo.

Si tu cuerpo estas montañas fueran, treparía por tus muslos, sorteando escalofríos entre surcos y quebradas y alcanzándote los senos gritarías de deseo al jurarte amor eterno, y al conjunto de ese baile y colmándote de besos sabrías cuánto ti quiero. Y agotado yo descendería hasta el valle que se extiende cerca de tu viente y bebería de ese agua tibia y transparente, agotando de deseo un manantial tan complaciente y en tu espacio inmenso yo me sacrificaría para nunca más perderte.

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