lunes, 17 de enero de 2011

A la madre de mis hijos.




Se fue desnudando sin quitarse la ropa con el encanto de la gaviota que viene volando, fui campesino de su barbecho por la verea que va de sus pechos a lo mas lindo de su monte bajo.
Te debo la vida porque son muchos años siendo mi amiga y al calor de mis brazos te quedas dormida. Te debo la vida, porque a mi lado siempre remando los vendabales fuistes capeando cuando mi barquita se fue a la deriva.
Muchisimas gracias por seguir a mi vera y guardar la fragancia que la primavera me trajo a mi casa. Muchas gracias por tus caricias, por tus te quieros por el dia a dia, por tus desvelos, por quererme tanto y no darle importancia por seguir a mi vera.
Apasionadamente me entrego hasta el alma se tiro valiente sin pensar en nada. Fui marinero de sus bellos mares, bebí sediento de sus manantiales, me dio la miel de su cuerpo caliente por eso, me entrego hasta el alma.
Yo se lo debo todo, me dio su amor y sus labios, las llaves de su cortijo por eso yo quiero tanto a la madre de mis hijos.








No hay comentarios:

Publicar un comentario