sábado, 8 de mayo de 2010

El peso del alma.


- Entre pétalos de rosa busqué su amor, y encontré violencia en lo que antes era una flor. Le entregué mi cuerpo él compró mi juventud a cambio de partirme el alma en dos, dejé de esperar
que el perfume de sudor no destilara odio el alcohol, que sus golpes no dolieran.
Dime por qué no he tenido alguien que cuidara de mi y ahora que mi vida echa a dormir siento que apenas viví.

- Ven, toma mi mano y duerme, yo soy la voz de la vida y de la muerte; un hola, y un adiós, soñarás caricias sobre un lecho de clama y de luz y perfumaré tu alma con gotas de paz y de amor, deja de llorar abrázame, ya todo terminó, hoy la ternura peinará tu piel sobre el arco iris hay alguien que te espera.
Deja que mimen tu boca los labios del amanecer, que el susurro del dolor se irá, y que arda en olvido el ayer, que el placer duerma en tu pecho y con besos sano de tu ser, que la amargura eche a volar, te espera otra flor, sígueme.
Despídete ya, se acaba el tiempo ve hacia la luz, no tengas miedo, él no volverá, la eterna angustia será su condena. Te espera otra flor, sígueme. Te espera otra flor, sígueme...

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