domingo, 16 de mayo de 2010

Por un ratito en tus oídos.


Siempre es atardecer en esta isla, nunca miro las mañanas, le debo al amanecer todos mis días pero siempre se me escapa. Se va como tú que acabas huyendo del mar donde busqué tu olvido
si no te puedo tocar sólo me queda el consuelo de estar por un ratito en tus oídos si no te puedo ver, imaginándote.

Se puede morir la fe de mi universo y no dejaría de creerte, me puedo morir de sed si no te bebo
y no dejaría de quererte. Te puedo llorar, borrar lo que queda de ti, no quiero ese vacio si no te puedo tocar me agarraría al consuelo de estar por un ratito en tus oídos.

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