Coge las caricias de mi frente, la calma de tenerte, llévatelo. Abre las esquinas de mi mente, recoge mi presente, llévatelo. Guarda los momentos de este cuento, y así cuando se me acaben, préstamelos. Rompe lo que a ti no te gustaba, me lo envuelves por semanas y mándamelo.
Coge la sentencia de la que sabe que quererte era la llave, lo que no te daba yo. Y por qué todo lo que me entregabas ya no lo merezco yo, no, no... Y es que el tiempo, ya no entiende de valientes, lo que quiere es que te quiera, y así me declaro amor y dame la condena del que sabe que sin ti me muero yo...
Habla con los duendes de tu cama, le preguntas donde estabas y quédatelos. Vende cada metro de reproche que dejaba cada noche tanto dolor
Qué quererte es perderte y perderme es tu suerte. Y el saber que aunque pese nunca supe quererte y por más que lo intentes amor, llévatelo. Dame la condena del que sabe que sin ti me muero yo...
Coge la sentencia de la que sabe que quererte era la llave, lo que no te daba yo. Y por qué todo lo que me entregabas ya no lo merezco yo, no, no... Y es que el tiempo, ya no entiende de valientes, lo que quiere es que te quiera, y así me declaro amor y dame la condena del que sabe que sin ti me muero yo...
Habla con los duendes de tu cama, le preguntas donde estabas y quédatelos. Vende cada metro de reproche que dejaba cada noche tanto dolor
Qué quererte es perderte y perderme es tu suerte. Y el saber que aunque pese nunca supe quererte y por más que lo intentes amor, llévatelo. Dame la condena del que sabe que sin ti me muero yo...
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