viernes, 30 de abril de 2010

Permítame señora.


Permítame señora que deba reprimirle conmigo se equivoca y tengo que advertirle... no puedo ser su amante, su amor es invisible, hay otra por delante, no quiera confundirme.
Usted es como piedra que rasga mis heridas, usted es como hiedra que nace y va perdida, ella es el universo cubierta de cien lunas donde yo me sumerjo con sus brazos me acuna.

Hay otra mujer que ocupa mi corazón, nació de su ser y en su vientre enjendró y cuando yo la miro y cuando la veo a usted me creo que sea imposible que engañe a esa mujer.
Ella es mi vida y nada más y nunca la podré olvidar.

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